Sam Dunn, músico y realizador canadiense obsesionado con el metal en general y con Iron Maiden en particular, fue el responsable de «ZZ Top: That Little Ol’ band from Texas», documental sobre los cincuenta años de actividad musical de la banda de Texas formada por Billy Gibbons, Dusty Hill y Frank Beard: los ZZ Top.
A finales de la década de los 60, Billy Gibbons compaginaba sus estudios de artes gráficas con la participación como guitarrista en The Moving Sidewalks, una banda garajera con ramalazos de psicodelia con claras influencias de sus paisanos de Texas, The 13th Floor Elevators. Durante varias semanas, el single de debut del grupo, «99th Floor», ocupó el puesto más alto en las listas tejanas de lo más vendido en 1967.
Tras la «llamada a filas» de varios de los miembros de The Moving Sidewalks, Billy Gibbons forma junto a Dusty Hill y Frank Beard los ZZ Top, llamados así en homenaje a prohombres del blues como BB King, conocidos artísticamente por abreviar sus nombres y apellidos con siglas. Tras la fugaz incursión de un cuarto miembro como guitarrista en los orígenes del grupo, la formación se consolidó como trío y sigue, cinco décadas después de formarse, con los mismos músicos con los que se inició, caso insólito en el devenir de las bandas de trayectorias tan longevas que acostumbran a perder a sus integrantes por el camino. Bill Ham, fallecido en 2017, se incorpora como mánager y productor de ZZ Top. Al no existir demasiado material audiovisual de Ham y no poder contar con él para el documental, el realizador opta por añadir simpáticas animaciones que ilustran las andanzas de los barbas y los conflictos con el mánager como el de, por ejemplo, cuando vemos que durante una gira del grupo en Hawái como teloneros de los Rolling Stones, Ham se ve «obligado» a decir al trío que consuman solo dos copas en el bar del hotel cada noche. La factura aumenta dramáticamente haciendo menguar el presupuesto que contaban para el sarao de acompañamiento a los Stones, y ellos llegan a hacerle caso y sí, solo dos cada noche … pero al descubrir un combinado de tamaño gigante, muy popular en Hawái, de alto contenido alcohólico.
A finales de los 70 se embarcan en la bestialidad de gira llamada «Taking Texas to the People». Bestialidad, así literalmente. Los músicos se acompañaban sobre el escenario de un buey, serpientes, buitres, búfalos y cerdos. Un circo de rock duro y blues que les tuvo mucho tiempo en la carretera y les proporcionó para el futuro jugosas anécdotas vitales, como las del batería, Frank Beard atemorizado durante los conciertos porque uno de los cuervos se lanzara sobre él pensando que estaba muerto cuando tocaban algún tema «lento». Esta gira les proporcionó gran popularidad y pingües beneficios económicos. Tras ella, necesitaban un descanso y un parón que duró algo más de dos años, tiempo en el que Frank Beard se pulió todo lo ganado en excesos varios, primero, y en una cura de desintoxicación, después. Aunque el mánager, Bill Ham, no era muy amigo de la popularidad a través de los videoclips y confiaba más en los directos y en el «boca a boca», unos ZZ Top en plena era MTV cayeron en la tentación y contactaron con Tim Newman, afamado realizador de clips y de cortos publicitarios para la cadena de videos más popular en los ochenta: «Gimme All Your Lovin», «Sharp Dressed Man» y «Legs», temas incluidos en el álbum de 1983 titulado «Eliminator» proyectaron la música de la banda de Texas a nivel mundial gracias a los videos promocionales que los acompañaban. También ayudó a la popularidad el cambio de sonido, menos blusero que en sus orígenes aunque acorde con los gustos de la época, más heavy que Led Zeppelin. El grupo había añadido y absorvido, sin perder del todo su personalidad, las nuevas referencias musicales de finales de los 70 y principios de los 80.
«ZZ Top: That Little Ol’ band from Texas», titulado de esa manera por la forma un tanto despectiva en la se presentaba a la banda, algo así como «ZZ Top, ese grupito de carrozas de Texas …», cuenta con las colaboraciones de Josh Homme de Queens Of The Stone Age y del actor y músico Billy Bob Thornton. Ambos claros herederos del hard rock veterano de ZZ Top. Sam Dunn sazona la narración de la historia del grupo con una actuación, hecha para la ocasión, en el legendario salón de baile de Texas Gruene Hall que los muestra en plena forma. Un grupo humilde que ofrece lo que promete y que seguirá celebrando su medio siglo y pico de existencia, además de abordar proyectos en solitario como el que publicó Billy Gibbons «The Big Bad Blues» en 2018, una vuelta a las raíces musicales que homenajea a titanes del blues como Bo Diddley o Muddy Waters.