Dedicó un documental en 2016 a los Stooges titulado «Gimme Danger», ha dado la oportunidad a músicos como Tom Waits, Screamin’ Jay Hawkins, Jack y Meg White o Iggy Pop de interpretar algún papel en sus películas y, lo que nos ocupa ahora, ha desarrollado una intermitente carrera como músico en SQÜRL, un proyecto que inició en 2009 junto a Carter Logan y Shane Stoneback. La fascinación de Jarmusch por el rock y sus derivados viene de lejos y el pasado mes de mayo dio uno de sus últimos frutos con «Silver Haze», lo último de SQÜRL para el sello Sacred Bones Records. En 2009 Carter y Jarmusch se asociaron con el productor e ingeniero de sonido Shane Stoneback para componer la música de la banda sonora de «The Limits of Control», la película que Jarmusch rodó parcialmente en lugares de España como Madrid, Almería o Sevilla. Una ambientación psicodélica tejida a base de guitarra eléctrica y batería que firmaron como Bad Rabbit. Poco después cambiarían el nombre por el de SQÜRL, pronunciado como ardilla en inglés «squirrel», y grabarían una serie de EPs de halo experimental marca de la casa y guitarras distorsionadas que imaginan una banda sonora para una película inexistente o que tal vez Jarmusch desarrollaría parcialmente después en alguno de sus siguientes proyectos como director. Porque igual que la música se cuela en su filmografía desde su debut rodado a principios de los ochenta en 16 mm titulado «Permanent Vacation» , interpretada por el artista y músico de los Lounge Lizards John Lurie, las imágenes y la cinefilia del director nacido en Ohio penetra en los temas de SQÜRL de forma sensorial y evocadora y, a veces, desde la misma cita. Como ejemplo, el quinto tema de «Silver Haze» se titula «Il deserto rosso» en homenaje a la película de 1964 de Michelangelo Antonioni.

En «Only Lovers Left Alive» las dos facetas del Jarmusch cineasta y del Jarmusch músico volvían a fundirse en la elaboración de la banda sonora de esa película estrenada en 2013. Después, SQÜRL, afrontaban el reto de poner música a cuatro películas mudas del artista surrealista y dadaísta Man Ray en un ejercicio de improvisación, entre experimental y ambiental, ornamentado con loops creados por sintetizadores y guitarras con efectos. Tras varios Eps, bandas sonoras y ser protagonistas de eventos musicales como All Tomorrow’s Parties, Primavera Sound o Big Ears Festival, SQÜRL han publicado este 2023 su primer LP producido por Randall Dunn, responsable del sonido de algunos trabajos de Sunn O))), Boris, Earth, Thurston Moore, Zola Jesus o Marissa Nadler. «Silver Haze» cuenta con las colaboraciones de Charlotte Gainsbourg, Anika y Marc Ribot en ocho cortes que Jarmusch y Logan describieron como «un viaje poético de palabras habladas, instrumentales dinámicos, riffs de drones y efectos distorsionados«. En su apertura instrumental, «Berlin ’87», nos trasladamos al entorno underground de la capital alemana previo a la caída del Muro. Jarmusch juega al spoken word en «The end of the world», un recitado escrito por él mismo inspirado en las guerras, y la cantante inglesa y alemana Anika se marca un dueto velvetiano con él en «She don’t wanna talk about it», momento previo a la intensidad fantasmagórica de «Queen Elizabeth», hasta llegar a uno de los puntos cumbre del disco con el western marciano de «Silver Haze», casi siete minutos de post-rock y ambient electrónico sobre una maraña de distorsiones que cierran lo último de SQÜRL. Jim Jarmusch ha cumplido ya setenta años pero en él sigue intacta la fascinación e interés por el descubrimiento del arte y una mirada que se traduce en naturalidad y cierta imperfección cuando lo aborda en su faceta de músico. «Hay poco planeado y mucho de accidental», como expresó durante una entrevista en Nueva York. Cada vez más parecido al vampiro amante de las guitarras anclado en el pasado que él mismo retrató en su película de hace una década «Solo los amantes sobreviven».

José Martín S