Durante casi una década, Enrique Sánchez Lansch observó, entrevistó y grabó a Matthew Herbert en acción. «A Symphony Of Noise» (2021), es el resultado audiovisual de ese estudio sobre el artista, músico y productor británico, pero no es un documento biográfico convencional sobre Matthew Herbert. Aquí no os contarán nada acerca de su amplia discografía de sensibilidad electrónica firmada con nombre propio o con los alias de Wishmountain, Radio Boy o Doctor Rockit, ni de su proyecto The Mathew Herbert Big Band, ni de su amplia cartera de colaboraciones junto a Mouse on Mars, Björk o Dani Siciliano.
En «A Symphony Of Noise» vemos cómo Herbert capta música a partir de sonidos cotidianos y «compone» utilizando las más diversas fuentes sonoras que luego lleva a sus experiencias frente al público, que funcionan como un laboratorio de experimentación en el que los asistentes participan activamente. En los últimos años, el músico nacido en el condado de Kent se ha convertido en un zahorí en búsqueda de los sonidos de la naturaleza, que lo mismo se obsesiona con grabar el movimiento de un rebaño de ovejas en Gales, que a un nadador cruzando el canal de la Mancha, o registrar el proceso de conversión de un roble en madera. Un final, el de esa vida arbórea, que parece impactar a Herbert cuando expresa cómo tras la tala de un árbol, desaparecen instantáneamente a nivel acústico todas esas frecuencias sonoras que generaron vida.
La naturaleza, pero también las fuentes de sonido incómodas son su objeto de interés y captura. «Percibir un zoo en llamas o el movimiento del sistema financiero» supone para él a día de hoy un mayor estímulo que la ejecución clásica de cualquier instrumento musical. “El futuro está en la música hecha utilizando a animales, ciudades u objetos como vasos de agua o muebles”, piensa Herbert. El músico británico cree que la escucha con atención puede mejorar el mundo y hacerlo más habitable. Y entregado a esa labor lleva años. Captando sonidos y jugando con su reproducción al enfrentarlos entre sí ante un público participativo.
José Martín S