La intención ya era una locura: una ficción, sin música de Bowie, que narrara la primera etapa de la vida del genio británico e icono del glam rock mientras imaginaba a su célebre alter ego de Ziggy Stardust que le condujo, entre otras situaciones de popularidad, a una gira por EEUU.
Gabriel Range dirige este despropósito llamado «Stardust» (2020) que no cuenta con los derechos de las canciones de Bowie para su banda sonora, lo que ha llevado a parte de la crítica a expresar que es «basura de terciopelo sin canciones de Bowie». Sobre Johnny Flynn, el músico actor conocido por su papel en la serie «Lovesick» que encarna al camaleón de mirada bicolor se ha dicho que «parece un Bowie disfrazado para la noche de Halloween interpretado sin encanto». «Mediocridad superficial», «cutre y carente de emoción», etc, etc, son solo algunas de las perlas con formato de crítica escritas sobre el «Stardust» de Gabriel Range.
En fin, que para hacerse una idea aproximada sobre la primera etapa de la vida de Bowie, mucho mejor el documental producido por la BBC en 2019 titulado «David Bowie: Los primeros años» de Francis Whately, en el que se narra, con abundante material de archivo audiovisual, los inicios artísticos del mito y su personalidad tenaz y creativa desde la infancia. Unos inicios en los que no faltaron sonoros fracasos discográficos y grupos en los que participó que no llegaron a funcionar hasta mutar, en 1972, en Ziggy Stardust. Una reinvención genial del icono británico -muy- difícil de contar en una ficción como demuestra «Stardust».