¿Puede una banda hacer su obra maestra después de 20 años de carrera y tras haber publicado nueve álbumes de estudio? Bueno, es discutible que ‘Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band’ fuese el mejor disco de los Beatles (de hecho, hay muchos seguidores que prefieren otros trabajos con gran diferencia) pero, a estas alturas, hay pocas dudas de que, por muchos motivos, es el título más icónico de su discografía, y fue su álbum número 17.

En el caso sus paisanos de Liverpool, The Coral, estoy convencido de que ‘Coral Island’ es su obra maestra. Hablamos de un doble álbum conceptual con una edición cuidadísima, que merece la pena conseguir en vinilo, ya que tiene una carpeta de lujo, se acompaña de un libreto con los textos que se dejan oír a lo largo de todo el disco en las voces de varios locutores. En los tiempos que corren, que los sellos Modern Sky Uk y Run On hayan arriesgado tirando la casa por la ventana con un grupo actual es toda una proeza que demuestra, ante todo, amor por la música.

The Coral hacia el final del verano

La historia de The Coral se puede resumir fácilmente. Emergieron de Liverpool en torno a 2000 como la gran promesa del retorno del pop de guitarras. Empezaron con buen pie y ya colocaron en el número 5 de las listas británicas un tema de su primer LP. Años más tarde escalaron hasta el 23º y, al poco, lograron un nada desdeñable decimotercer puesto. Iban con el viento en popa: grandes giras, discográficas que se los rifaban, éxitos…

Sin embargo, andaban un poco perdidos en su eclecticismo: lo mismo hacían discos de frenético garage, que recordaban a los americanos Music Machine, que facturaban un álbum de folk acústico con guitarra y voz solamente. No terminaban de definir su estilo y sonido y esto despistó a buena parte de su público, que ya no sabía a qué atenerse y los abandonó. Reconozco que yo los descubrí tarde, en 2010, gracias a una maravilla acústica llamada ‘Walking In The Winter’, que grabó en mi mente el nombre de The Coral para siempre. Pero esperar 20 años ha merecido la pena.

‘Coral Island’ evoca a discos emblemáticos de finales de los 60, como el ya citado ‘Sgt. Peppers…’, el ‘Pet Sounds’ de los Beach Boys, el ‘Ogden’s Nut Gone Flake’, de los Small Faces y, sobre todo, al extraordinario ‘Village Green Preservation Society’ de los Kinks. En este caso, el quinteto de Liverpool nos invita a viajar a la isla de coral, representada en la portada con la foto de una maqueta de cartón, plastilina, cera y pintura, que recuerda a los trabajos escolares.

«Coral Island» (Run On Records / Modern Sky) 2021 , el mejor trabajo de The Coral hasta la fecha

‘Coral Island’ está dividido en dos partes, plasmadas en sendos discos. El primero refleja la isla en pleno verano y en todo su esplendor, repleta de luz, color, y amor, sobre todo amor. Tras la bienvenida a la isla, vienen las dos primeras grandes canciones del lote: ‘Lover Undiscover’ (imposible no llevar a buen puerto una canción con ese riff infalible), ‘Change Your Mind’ (otra gema de pop luminoso que te traslada al buen hacer de grupos como Beachwood Sparks, GospelbeacH o Lunar Laugh). Los efluvios psicodélicos de ‘Mist On The River’ parecen emanar directamente de Jefferson Airplane y si hay que extraer un single como tarjeta de presentación, para mí, ese claramente es ‘Vacancy’, la mejor canción, a mi juicio, de toda esta colección. La segunda cara avanza ya con un aire crepuscular hacia el final del verano y el comienzo del otoño. Asegura una voz que, en esta época del año, la gente desaparece de la isla. Los embarcaderos son inundados por la marea y quedan inutilizables.

Se abre entonces el segundo disco, la segunda parte de ‘Coral Island’, que refleja el invierno. Una parte mucho más oscura y fantasmal, donde se centra en los extraños personajes que pueblan la isla y que son “gente que aparenta estar ajetreada pero que no hace nada”. Muy lograda la descripción del pub, donde cada noche toca la misma banda, formada por muñecos mecánicos, mientras los lugareños les piden canciones de tiempos remotos.

La atmósfera fantasmagórica de la segunda parte queda subrayada por los enigmáticos acompañamientos musicales de los recitados, los magníficos arreglos de órgano Wurlitzer y por canciones que remiten al clásico ‘Ghost Riders In The Sky’ (algo que se percibe claramente en la estupenda ‘Faceless Angel’). Las buenas canciones siguen fluyendo una tras otra sin ningún tropezón: ‘Old Photographs’ resalta la vena acústica del grupo, mientras ‘Watch You Dissapear’ recupera la faceta garajera. ‘The Last Entertainer’ es la guinda de ‘honky tonk’ (un estilo muy del gusto de los Beatles y los Kinks) que pone un inmejorable broche final al disco.

En suma, ‘Coral Island’ es un álbum monumental y, en él, los músicos liderados por James Skelly y, gracias a la extraordinaria producción de Chris Taylor (The Blossoms, The Lathums, entre otros muchos), al fin consiguen que toda esa amalgama de estilos e influencias que les ha marcado confluya en un nuevo sonido de suave pop psicodélico que navega sin sobresaltos, para disfrute de quien lo escucha.

Chiri DDT