¿Cómo orientarse en la jungla del 60’s garage? Céntrate en las canciones más que en los grupos

Dentro de esta miríada de material disperso y recóndito, es una verdadera locura buscar buenos trallazos de garage sixties, un estilo que seguramente sea de los más excitantes y enérgicos de toda la historia del rock’n’roll. Así que, exceptuando los ejemplos antes mencionados de los muy-muy privilegiados, casos en los que generalmente todo el álbum merece la pena, habrá que centrar la búsqueda en canciones concretas, más que en grupos. Esto tiene fácil explicación: en los años 60, las discográficas preferían prensar singles o EPs de siete pulgadas, un formato mucho más demandado ya que la mayoría de los tocadiscos eran de 45/78 revoluciones por minuto (RPM), y además eran formatos muy cómodos para transportar a las fiestas junto a los famosos pick-ups (tocadiscos que se podían cerrar como un maletín con asa). Algunos de los cuales incorporaban un ingenioso mecanismo para formar una pila vertical de singles que iban descendiendo automáticamente al plato, para que no tuviera que haber una persona pendiente de ir pinchando cada rodaja.
Generalmente, en los años sesenta, los artistas y bandas de cierto éxito firmaban para publicar un EP de cuatro canciones cada trimestre. Así que solían grabar al año una docena de temas. Pero en el caso de las bandas de garage, hay miles de ellas que solo cuentan con un single o dos. En cada uno de ellos se prensa el tema más salvaje en la cara A y una baladita melosa de pop llorón en la B. Por otra parte, era costumbre que aquellos grupos que conseguían grabar un LP lo trufaran de versiones de otros grupos o artistas más exitosos como Rolling Stones, Kinks, Beatles, Bob Dylan, Chuck Berry, Bob Dylan, etc. y, salvo algunos casos, estas versiones no solían ser mejores que el tema original.

Algunas gemas de la colección garajera de Chiri DDT

¡Ojo con los recopilatorios!

Lógicamente, si queremos llegar a las mejores canciones de garage, sin pasar por la búsqueda de grupos no nos queda otra que rastrear, rastrillar, espurgar y exprimir los recopilatorios: pero aquí nos hemos metido de lleno en la zona más espesa y peligrosa de la jungla. No cabe duda de que las series más famosas de recopilatorios (con decenas de volúmenes cada serie) Son Nuggets y Pebbles. La primera contenía toneladas de material, con buena calidad de sonido, recopiladas por Lenny Kaye, guitarrista del Patty Smith’s Group y dependiente de una tienda de discos antiguos y raros situada en el Village neoyorquino. Para poner las cosas más fáciles a los aficionados, el sello Rhino editó dos cajas de cuatro CDs cada una (ocho CD en total) con lo mejor de la serie Nuggets y un jugoso libro donde daba referencias de los grupos en cada caja, el primer boxset estaba íntegramente dedicado al garage norteamericano, mientras la segunda recolectaba lo mejor de grupos “del Imperio Británico y más allá” (¡estaban hasta los Bravos!).


Por su parte, Pebbles editó la friolera de ¡800! temas en su larga serie de recopilatorios que iba muy de la mano de la saga High in the Mid Sixties, que dedicaba cada volumen a un estado de los EEUU.
Pisándoles los talones les seguía un curioso personaje llamado Tim Warren, aficionado a las piezas más cacharreras, salvajes, sucias y desquiciadas. Warren asegura que, tras fundar el sello Crypt Records, se recorrió todo EEUU buscando en los rincones más recónditos a los perpetradores de las tomas más salvajes y canallas de los 60. Incluso llamaba a la puerta de su casa con la intención de pedirles permiso para incluir su pepinazo en la serie que estaba preparando con el garage más macarra, que no era otra que Back From The Grave (De vuelta de la tumba). Algunos de estos lugareños ni recordaban haber estado involucrados en un grupo, otros le enseñaban copias con gran ilusión y otro sencillamente le daban con la puerta en las narices. A estas primeras cuatro colecciones le siguieron un sinfín de sagas recopilatorias, como Sixties Archives, Garage Punk Unknows, Forth Worth Teen Scene!, Texas Garage Bands, Everywhere Chainsaw Sound (la motosierra suena en todas partes), The Chosen Few (no confundir con el grupo de punk australiano del mismo nombre).
Después de revisar cientos de estos recopilatorios, puedo llegar a dos conclusiones: de cada uno de ellos, solo merece la pena entre el 10 y el 30 por cierto del material que reúnen (siendo generosos), el resto es morralla de relleno. A menudo no puedes salvar siquiera un tema. La otra conclusión es que cuanto más se adorna la portada con adjetivos como “wild, monster, psych, killer, skizophrenic” y cosas por el estilo, el material es, en proporción inversa, más flojo. Sólo hay una excepción que confirma la regla: un magnífico recopilatorio único (sin secuelas) que reúne increíbles torpedos de principio a fin. Se trata de “I was a Teenage Cavemen”, editado en los 80 por el sello Teenage Cavement, (podría ser subsidiario de Crypt, no sé) y por el cual te piden ahora de 50 euros para arriba.
En tiempos recientes, sellos como Norton, Sudazed o Penniman (de España) han reeditado muchos álbumes y singles de garage, con mimo y buen precio. Una advertencia: Sundazed edita estos artefactos con portadas muy atractivas pero el material no siempre es de primera. Así que conviene cerciorarse antes. Para eso está muy bien YouTube, donde puedes encontrar absolutamente todo.
Con lo cual, voy a ser dadivoso y os voy a ahorrar horas, días, noches, meses y años de búsqueda infructuosa haciendo una lista de las que me parecen piezas imprescindibles del garage de los sesenta. Hay que decir que, a partir de la eclosión del punk rock a finales de los setenta y principios de los ochenta se desató una fiebre de revivalismo garagero que dura hasta nuestros días, pero eso es ya materia para otro artículo.

El impresionante recopilatorio «Nuggets: Original Artyfacts from the First Psychedelic Era 1965-1968»

20 PIEZAS IMPRESCINDIBLES DEL GARAGE SIXTIES (PARTE 2):

11. THE PLAGUE: FACE OF TIME

The Plague sí que eran canadienses de pura cepa, aunque grabaron este único single en Hollywood con el sello Crusader, deberíamos incluir a La Plaga en la lista de gafes del rock porque la discográfica quebró el día después de que se lanzara el disco. En cualquier caso, teniendo en cuenta este lamentable hecho, el nombre del grupo les venía al pelo. Aunque, en la foto promocional del disco, aparecen cinco muchachos bien parecidos y sonrientes con idénticas americanas de cuadros, como si fueran a venderte un seguro de vida, en realidad ‘Face Of Time’ es una pieza oscura y tenebrosa con un juego de acordes muy inquietantes y la voz solista parece ser la de una especie de Bela Lugosi declamando uno de sus papeles más siniestros. Un saxofón refuerza el tormentoso fraseo de guitarra y bajo, y, hacia la mitad del tema, una especie de flauta (que recuerda a la de un encantador de serpientes) confiere al tema un toque de exotismo único. Tiempo después, la versionaron los Fuzztones, quienes no lograron, a mi juicio, reproducir esa atmosfera asfixiante y exótica que emana la original.

12. THE GENTELMEN: IT’S A CRYN’ SHAME

La canción comienza con cuatro acordes abiertos que anuncian que algo muy grande va a venir después. En efecto, lo que aparece sin que dé tiempo a respirar es un riff ascendente de guitarra saturada de fuzz y una de las mejores voces solistas que he podido escuchar en este inabarcable mundo del sixties garage. Los gentilhombres, como otros grupos de esta lista, procedían de Texas, esta vez de Dallas. Esto hace pensar que Texas fue un estado especialmente pródigo en este tipo de bandas locales de corta vida.

«Los caballeros», fieles a su nombre …

13. THE SWAMP RATS: IT’S NOT EASY

Cambiamos de estado y nos vamos a Pensilvania, concretamente a Pittsburgh, donde habitaban los Swamp Rats. Liderados por un tal Bob Hocko (de hecho, en muchas ediciones aparecen como Bob Hocko & The Swamp Rats), las ‘ratas del pantano’ compusieron poco material propio, pero tienen una colección de versiones chirriantes, que verdaderamente echan chispas y humo como un motor a punto de explotar. Su repertorio conseguía dejar en meras ñoñerías algunos temas originales como el Psycho de los Sonics, In the Midnight Hour de Wilson Picket, Louie Louie de los Kingsmen, Hey Joe de The Leaves, It’s Not Easy de Rolling Stones y hasta el Here, There and Everywhere, de los Beatles.

14. CUBY & THE BLIZZARDS: YOUR BODY, NOT YOUR SOUL

Cruzamos el charco y nos vamos a Holanda para ocuparnos de Cuby and the Blizzards. Aquí ya no hablamos de una banda efímera de adolescentes, sino de músicos hechos y derechos, con larga trayectoria: el cantante Harry ‘Cuby’ Muskee (quien adoptó como alias artístico el nombre del perro de un vecino) y el guitarra solista Eelco Gelling, veteranos de la escena holandesa que habían pasado por formaciones como The Rocking Strings y The Sharks. Completaban el quinteto el guitarra rítmico Hans Kinds, el bajista Willy Middell y el batería Dick Beekman. Editaron sus primeros singles con el sello CNR, el segundo de los cuales apareció en 1966 incluía en su cara B este ‘Your Body Not Your Soul’, basado en un riff absolutamente letal. En 1967, la banda acompañó al ya citado Van Morrison en su gira por Holanda. En los años posteriores, el grupo abandono el garage para irse decantando por parámetros más propios del blues rock. Hace relativamente poco tiempo, en 2014, Ray Daytona and the Googoobombos grababan una versión del tema con bastante acierto.

Cuby and The Blizzads en su mejor momento creativo

15. THE GUESS WHO?: GONNA SEARCH

Cuidado con este grupo canadiense que puede provocar más de un despiste. Y es que, bajo el mismo nombre, la banda tuvo una trayectoria muy larga, muchos cambios en su formación y etapas estilísticas diferentes que van del blues al hard rock. Su material más garajero se halla en un álbum de 1966, titulado «It’s Time«, y que ha sido reeditado hace poco en CD, por lo que se puede conseguir a precio muy asequible. El álbum entero es monumental y contiene joyas como la surfera ‘All Right’, ‘Believe Me’ (versionado en 2016 por los Outta Sites) y este brutal ‘Gonna Search’: se trata de una pieza de garage desinhibido que cabalga sobre un juego punzante de tres acordes y donde se puede apreciar el virtuosismo de uno de los teclistas con los dedos más rápidos del planeta.

16. THE BIT ‘A SWEET: OUT OF SIGHT, OUT OF MIND

Lo de este grupo de Long Island (NY) tiene muy difícil explicación. Aunque los miembros eran Mitch London (bajo, percusión, voz), Russell Leslie (batería, percusión, voz), Jack Mieczkowski (guitarra, sitar eléctrico, voz y Dennis De Respino (teclados, percusión, guitarra, voz), aquí el que marcaba el rumbo era una persona ajena a la banda: Steve Duboff, que era un compositor y productor de cierta fama, ya que escribió canciones para Ringo Starr, The Turtles, Wayne Newton, The Monkees y otros.
En 1967 Bit ‘A Sweet firmó con MGM y lanzó los sencillos ‘Out Of Sight, Out Of Mind’ y ‘Is It On – Is It Off’. Duboff participó en la composición de ambos temas. El primero tiene todos los elementos que debe tener una canción de garage: toques de guitarra fuzz, órgano y un magnífico estribillo. Me atrevería que es la canción que mejor sintetiza todo lo que es el sixties garage. La segunda es un tema de soul bailable que quita el hipo. Hoy en día este disco es inencontrable, aunque en 2018 el sello Hyperloop publicó una edición limitada (puedo presumir de ser poseedor de una copia).
Sin embargo, en 1968, Duboff se deja arrastrar por la ola psicodélica y, suponemos que pierde el sano juicio con todo tipo de sustancias lisérgicas y alucinógenas, porque compone y produce para la banda un álbum llamado ‘Hypnotic 1’, que no hay por dónde cogerlo. Un auténtico pestiño hiperpsicodélico que, por supuesto no vendió nada y pasó inadvertido para crítica. Esto supuso la disolución del grupo. La Humanidad puede dar gracias de que no hubiera un ‘Hypnotic 2’. Duboff luego se convertiría en diseñador de videojuegos hasta que falleció en 2004 de cáncer.

THE BIT ‘A SWEET POCO ANTES DEL VIRAJE PSICODÉLICO

17. THE INVADERS: NO MONEY, NO HONEY

Cambiamos de continente y nos vamos nada menos que a África, más en concreto, a Sudáfrica, donde habitaban los miembros de este combo del que apenas se tiene información, excepto que estaba formado por Dave Burke, Errol Gobey, Joe Moses y John Burke. En 1967 la compañía Philips les editó un LP con 12 cortes. En medio del disco estaba este ‘No Money, No Honey’ con un riff de guitarra que te atrapa de principio a fin.

18. SYNDICATE: EGYPTIAN THING

Un grupo oscuro que no hay que confundir con otra banda de los 60 más conocida, Syndicate of Sound. En cuanto a Syndicate (a secas), sólo se sabe que editaron un siete pulgadas en diciembre de 1965 que, por la cara A tenía este bombazo de rythm and blues desquiciado y salvaje, marcado por una harmónica que llena todos los huecos que deja libres la rugiente voz del solista y un riff de guitarra y bajo de apenas dos notas que te vuela la tapa de los sesos. El ya mencionado Tim Warren, chatarrero mayor del reino, los localizó para su serie de recopilatorios ‘Back from the Grave’ y es esa la única razón de que ahora nos estemos acordando de Syndicate.

19. THE OMENS: SEARCHIN’

Otra apisonadora de garage sixties punk con un feroz riff de guitarra, órgano y vocalista que de voz desgarradora. Solo se conoce este single que les publicó el sello Cody. Se presupone que son de Chicago (Illinois) ya que aparecieron en el volumen de la colección ‘Highs in the Mid 60’s’ dedicado a las bandas de esta ciudad estadounidense. El single se puede encontrar fácilmente y a precio asequible pues varios sellos (entre ello, Penniman) lo han reeditado recientemente.

20. THE CHOB: WE’RE PRETTY QUICK

Dos minutos y veinticinco segundos dura esta desenfrenada carrera entre la batería de Dave Elledge, el bajo de Keith Bradshaw, el órgano de Robbie Crnich y la guitarra de Quinton Miller. El cantante Dick Hanson se desgañita a gusto sobre esta oda a la velocidad y el descontrol. El single de esta banda de Nuevo México se editó en 1967 en el sello Lavette. Solo se prensaron unos pocos cientos de copias que apenas se vendieron en su momento. Ahora, en cambio, se considera una pieza cotizadísima.

Algunos monumentos sonoros del garage de los sesenta

Hasta aquí la lista de MIS imprescindibles. Por supuesto faltan muchas joyas y esto es tan subjetivo como gustos hay en el mundo. El riesgo de las listas es que ahora me linchen un puñado de fans del género. Y entiendo que lo merezco, pero con este listado solo pretendo hacer una pequeña guía para quien quiera iniciarse en el laberíntico mundo del garage de los sesenta que, me reitero, para mí es una de los estilos más excitantes de los cientos que ofrece el rock’n’roll.

https://isalive.es/2021/06/19/garaje-de-los-sesenta-informe-y-20-temas-imprescindibles-parte-1/
La primera parte del informe sobre garage ’60s

Firma: Chiri DDT

Chiri Ddt es periodista y dibujante. Fue batería y coautor del grupo madrileño DDT entre 1995 y 2011. Lleva años y años de su vida trasteando con el mundo de la música, su mayor afición.