Verde Prato es Ana Arsuaga, una veinteañera vasca que, antes de iniciar su trayectoria en solitario, formó parte de Serpiente y del trío bibaíno Mazmorra. Tiene entre sus filas de seguidores a músicos de prestigio, como el innovador productor jerezano Bronquio y gustos musicales que van desde lo coherente por edad (el reguetón o la electrónica) pero también un aprecio y una sensibilidad por la música tradicional vasca que se ve de nuevo en su último trabajo publicado este año titulado «Adoretua» (Plan B-2023), juego de palabras a partir de «adore», el término en euskera para describir la valentía y el arrojo ante la acción.
Sorprende ver a Ana en su piel de Verde Prato en los directos, sola sobre el escenario, lanzando loops y cantando sobre esas texturas musicales creadas de electrónica minimalista. Porque su estilo es la conjunción de todo eso: electrónica de baja intensidad de fondo con ecos de los cantos populares y litúrgicos vascos donde la voz de Ana se erige como narradora de historias acaecidas en su tierra con el folclore y el costumbrismo como escenario. Historias como las cantadas en su debut de 2021 titulado “Kondaira eder hura” (“Aquella bella historia”), una narración sobre el exilio en siete partes o cortes. Este trabajo producido por Jon Aguirrezabalaga de We Are Standard contaba la partida de un joven que abandonaba su pueblo desde el punto de vista de las personas que presenciaban el inicio de ese valiente viaje hacia otras geografías. Un bonito relato cantado de forma personal y emocionante en el que se filtraban conceptos relacionados con lo humano más generales como el amor, la familia o la amistad. Para crecer muchas veces hay que abandonar la comodidad del pasado y lo más querido que se queda allí. En «Adoretua» volvemos a ser partícipes de esa austeridad expresiva que hipnotiza. Se abre con «Ahizpak», que recuerda por cierto al «Deadly Valentine» de Charlotte Gainsbourg, con su loop marcado a latido de metrónomo.
Sigue una especie de reguetón anémico titulado «Su pelo» que da paso a un momento de belleza extrema: «Ez Zinen» un tema que parece desvanecerse por momentos y que habría encantado a Mikel Laboa. Tras esta fascinante nana llega la deconstrucción del bolero que es «Garai Galduak». En «Niña soñando» los graves vocales de Ana se desatan en un tema que tiene algo que conecta con el dub. «Adoretua» es un disco extraño, misterioso y evocador. Si en la Edad Media hubiera existido la posibilidad tecnológica de hacer electrónica la música habría sonado así. Recomendamos desde ya este este trabajo como publicación nacional importante de 2023 y subrayamos el nombre de Ana Arsuaga alias Verde Prato como referencia de una nueva generación musical talentosa que ya no es promesa sino confirmación.
Redacción Isalive / José Martín S