Sábado, seis de febrero de 2021. Llovía tímidamente en Madrid a las cinco de la tarde, horario del primer concierto programado por la agencia MusicHunters que están celebrando su tercer aniversario y organizaron este bolo en la Siroco.
Poco antes, en la televisión de un bar situado en las inmediaciones a la Plaza de las Comendadoras, se hablaba de tasas de incidencia, de contagios y de muertos en las últimas veinticuatro horas en España, de la llegada de la vacuna AstraZeneca y de dos millones y medio de fallecidos por Covid en todo el mundo. El desastre sigue, en vías de controlarse tal vez, pero las cifras todavía asustan.

SOPHIA-C, Irene poco antes de la tormenta eléctrica

En la entrada de la sala Siroco ofrecían un chorrazo de gel hidro-alcohólico a los asistentes al doble concierto como bienvenida. Un aforo en la planta baja de medio centenar de personas distribuidas entre sillas y pequeñas mesas para apoyar la consumición de turno. Una organización previsora, medida y controlada para evitar que se siga señalando con el dedo a las pequeñas salas de conciertos, ahogadas durante un año por las restricciones y cierres de locales donde, por cierto, jámas se ha notificado un solo caso de contagio por el virus. Los dueños de sala y sus equipos intentando salir de la agonía y llevando a la práctica todos esos nuevos hashtags de #culturasegura #nuevanormalidad y #conciertoslibresdecovid como si fueran un mantra.

Con algunos minutos de retraso salían a escena los simpáticos madrileños SOPHIA-C, que van camino de los quince años de existencia y se nota. Llevaban más de un año sin subirse a un escenario, por lo que la emoción, ilusión y energía del quinteto podía hasta palparse con las manos. Apoyados en una potente escudería instrumental, en algunos finales de su repertorio para los directos, oscurece y se forma una tormenta eléctrica, como sucede con el tema publicado en su EP de 2016 titulado «Vida Moderna». Irene, la frontwoman del grupo aportaba ramalazo pop, con su voz dulce y contenida que hacía apartar la frondosidad noise recurrente de las cuerdas, batería y teclados de SOPHIA-C.
A las siete y pico tomaban el relevo THE CLODS BAND. Lucas, Daniel, Miriam y Azul practican un rock, de fuerte raigambre americana, que a veces coquetea con el blues amable y con el pop de guitarras. Tienen buena presencia escénica y fuerza. Hay que seguirles la pista y esperar más material del grupo, que en los bises tuvieron que repetir tema.

THE CLODS BAND: el elegante cuarteto del «happy rock»

En definitiva, el evento que organizó MusicHunters por su tercer cumpleaños, supuso una estupenda oportunidad para que el público vuelva a los conciertos en salas de pequeño aforo, y la constatación de que las cosas se están haciendo bien y se cumplen las medidas de prevención para los actos culturales propuestas desde Sanidad. Se notaban las ganas de música en vivo en las expresiones y amagos de baile de los asistentes. Aunque sea de esta forma tan extraña, tienen que seguir programándose directos en locales como el mítico Siroco que colgó el cartel de «sold out» para esta doble sesión. Había que apoyar la causa y el público cumplió con creces.