Existían pocas dudas sobre la faceta que nos iba a mostrar el caleidoscópico Wilco en su concierto de «Las Noches del Botánico», en Madrid. «Cruel Country», el último trabajo de la banda de Chicago, dejaba pistas claras de por dónde iban a ir los tiros: retorno a las esencias del folk americano. Y, aunque hubo espacio para algunos desahogos eléctricos y, en casi todo el concierto los seis músicos sobre el escenario construyeron un muro de sonido infranqueable, las raíces estaban ahí: la santísima trinidad de Johnny Cash, Bob Dylan y Neil Young, así como el blues del delta, el country y el folk americano de toda la vida.
Jeff Tweedy, al que se le vio relajado y disfrutando como pez en el agua en un show de dos horas de duración, se centró en las canciones más sencillas y naturales de su repertorio cerrando el círculo que hace muchos años abrió con Uncle Tupelo, su anterior banda, y «A.M.» el primer álbum de Wilco, y recobrando, de paso, la calma de «Summerteeth». De hecho, prácticamente no se separó de la guitarra acústica en casi toda la velada. Así que quienes esperaran una noche de euforia y adrenalina, quedarían descolocados. Aquí hubo serenidad, mucha serenidad. Eso sí sostenida por una estructura de rock bien fornida, con un soberbio y fiable Nels Cline, ya recuperado del Covid, que impartió una verdadera clase magistral de ejecución en toda clase de guitarras (acústicas varias, Fender Jaguar, Steel guitar de cono y lap steel guitar) y de uso de decenas de pedales de efectos. Un coleccionista de instrumentos que viera todo ese desfile de artefactos derramaría lágrimas de emoción.
El jardín botánico de la Complutense lucía espléndido en una noche de verano en la que la mejor opción fue sentarse en lo alto de la grada para disfrutar en plenitud del gran sonido de Wilco con una cerveza fría en la mano y la fresca brisa de la sierra oeste acariciándote la cara. Una delicia. Los vientos del sur los trajo La Tremendita que abrió para los de Chicago con su espectacular mezcla de cante flamenco puro y rock poderoso. Una nueva Martirio corregida y aumentada.
Texto y Fotos: Chiri DDT ©