El divertimento de Yorke, Greenwood y Skinner en el Botánico. Había ganas de ver en directo en las Noches del Botánico a esta escisión de Radiohead llamada The Smile, nombre artístico que hace alusión a la «hipocresía y al intento de falsa sonrisa por parte de los que nos mienten desde el poder». Escisión, sí, porque detrás de The Smile, además de los dos cerebros de Radiohead, nos encontramos a la sombra del proyecto al considerado como sexto miembro de la banda de Oxford, el productor Nigel Godrich que también es responsable del sonido del debut de The Smile publicado el pasado mes de mayo: «A light for attracting attention» (XL Recording). Junto a Thom Yorke y Jonny Greenwood, conforma la tercera pata del trío a la batería Tom Skinner, integrante del cuarteto de funk y jazz Sons of Kemet. Un músico brillante que ha colaborado con eminencias como el británico Matthew Herbert o el etíope Mulatu Astatke.

Yorke durante la actuación de The Smile. Foto: Fernando González ©

Como telonero del concierto de The Smile, abrió el saxofonista Robert Stillman. Durante media hora, el multiinstrumentista estadounidense fue creando loops con el saxo que acompañó de pequeñas piezas al teclado. Minimalismo ambiental y parsimonia que desconcertó por su rareza a algunos asistentes, como al joven situado a mi lado que expresó cuando finalizó la actuación: «¿ya ha terminado el directo?, pensé que estaba probando sonido …». Stillman, por cierto, se incorporó con el saxo en la parte final del show de The Smile.


Pasadas las 22.15, aparecieron en escena Yorke, Greenwood y Skinner. The Smile no son Radiohead pero son puro Radiohead en forma y fondo. En «A light for attracting attention» se constata que las trece canciones del debut del grupo remiten a diferentes épocas de las tres décadas de trayectoria artística de la formación de Oxford, y a los trabajos en solitario de los componentes que comparten ambas bandas. Temas de apariencia rock como «You will never work in television again» te llevan al «2 + 2 = 5» que abrió «Hail to the Thief» en 2003. La cadencia jazz de «The Smoke» podría estar incluida entre los cortes del que muchos consideramos el mejor trabajo de Radiohead hasta la fecha, «In Rainbows» de 2007. La neura percusiva de «Thin Thing» conecta con la última publicación de estudio de Radiohead de 2016 «A Moon Shaped Pool» e incluso con trabajos en solitario de Thom Yorke como «The Eraser» (2006).

The Smile en las Noches del Botánico (6 de julio de 2022) Foto: Fernando González ©

Durante algo menos de hora y media de directo, The Smile llevaron a escena esa publicación de hace unos meses pero sin respetar el orden de cortes que se sucede en el disco, ya que cambiaron los temas en búsqueda de menos a más progresión de intensidad, con una puesta en escena que jugaba con la iluminación entre rojos, azules y verdes y un marco de pantalla de leds situado detrás de los músicos.

Yorke pasaba de la guitarra al teclado, el lacónico Greenwood contribuía a la creación de atmósferas probando diferentes instrumentos, ¡se atrevió hasta con un arpa!, mientras Skinner situado en el lateral derecho del escenario golpeaba la batería brillando en temas como «We don´t know what tomorrow brings», entre esas dunas de sintetizadores ochenteros. Incluso en lo que en otro grupo causaría rubor, la aproximación a balada moñas que es «Free in the knowledge», en The Smile resulta convincente gracias a la emocionante voz de Thom Yorke. Sobre el escenario, vimos a tres músicos veteranos y talentosos con décadas de oficio, defendiendo un repertorio nuevo recién creado, lo que aporta frescura y cierto encanto de lo amateur como el que vemos en esos grupos novatos que dan sus primeros conciertos tras meses encerrados en la oscuridad del local de ensayo. En The Smile hay cierta improvisación, intercambio de instrumentos durante el directo y parecen disfrutar con lo que hacen porque no han «quemado» el repertorio con la participación en cientos de festivales y shows ni lo han convertido en fórmula a base de repetición. Y de todo ese ambiente se contagió el público que llenó el Real Jardín Botánico Alfonso XIII el pasado seis de julio.

Texto José Martín S / Foto: Fernando González ©