Desde su irrupción en Seattle a finales de la década de los ochenta del pasado siglo, Mudhoney se ha mantenido, casi, con los mismos componentes de sus inicios. Solo se ha producido un cambio en sus filas: el bajista original, Matt Lukin, que fue sustituido hace tiempo por Guy Maddison. El resto, Steve Turner a la guitarra solista, Dan Peter a la batería y el jefazo a la voz y guitarra Mark Arm, llevan treinta cinco años al pie del cañón de Mudhoney. El pasado domingo 18 de septiembre ofrecieron un impactante directo en la madrileña sala But. De teloneros otros veteranos pero de origen nacional llamados Los Chicos (en la imagen de abajo), una acertada apuesta como inicio del festejo que comenzó a caldear la sala.

El concierto del cuarteto de Seattle se inició con «Into the drink» perteneciente a su segundo disco de estudio para el sello Sub Pop publicado en 1991 y titulado «Every Good Boy Deserves Fudge». Y ya, desde ese primer minuto, reinó la sensación de tener enfrente a unos profesionales con mayúsculas de directo sobresaliente. Incluso en los momentos más viscerales y bestias del show podías separar mentalmente con nitidez el sonido de los instrumentos que veías sobre escena. Nada de batiburrilo sonoro y de acoples de electricidad solapada que no fueran buscados por Mudhoney. Todo formaba parte del plan.

En la primera mitad del concierto se escucharon temas de sus inicios como los que se incluyeron en su debut «Superfuzz Bigmuff», un título que hace alusión a los pedales de guitarra favoritos del grupo, Super Fuzz y Big Muff, que va a cumplir pronto 35 años de su publicación. Desfilaron trallazos de las diferentes épocas de la banda como «Nerve Attack», la progresión bestia de «This Gift» o la stoogiana «Inside Job». Porque una de las referencias musicales para la banda, por encima incluso de sus coetáneos del «grunge», han sido los Stooges. Si cerrabas los ojos durante unos segundos, era imposible no recordar instantes del grupo de Detroit, y cuando los abrías el espíritu de Iggy Pop se mostraba ante ti, pero en camiseta, encarnado en Mark Arm. Con la deliciosa «Good Enough» y el tema más popular y troglodita del grupo «Touch Me I’m Sick», se cerraba una primera fase del directo que se reactivaría con una segunda mitad en la que se incrementó el «matiz Stooges» con una Mark Arm desatado que incluso dejó aparcada la guitarra para centrarse en la voz y la expresión corporal. Hubo que parar unos segundos la actuación porque Guy Maddison, se cortó un dedo con las cuerdas de su bajo días antes, y la leve lesión necesitaba de esparadrapo y protección.

Con «One bad actor», perteneciente a lo último publicado por la formación en 2019 «Morning in América», se lucía el genio a la guitarra que es Steve Turner. Lo «último» del Mudhoney, pero hasta dentro de unos meses, porque Arm anunció que el nuevo trabajo del grupo verá la luz la próxima primavera. La sesión de garage, punk, grunge y hasta heavy metal que Mudhoney ofreció el 18 de septiembre en Madrid ha dejado huella en los que acudimos a la cita. Cuatro artesanos del rock de gran talento que regalaron hora y media de música en la que reinaron las guitarras distorsionadas acompañadas de un potente trabajo a la batería y un tratamiento vocal que te machacaba los tímpanos. Una gozada.

Texto: José Martín S / Foto: Alberto Gómez del Pulgar