Descendiente de inmigrantes judíos procedentes de Rusia, Graham Gouldman pasó en solo tres años de ser un muchacho desconocido de un suburbio de Manchester a convertirse en uno de los más exitosos compositores de la British Invasion, autor de hits que catapultaron a lo más alto de las listas inglesas y americanas a grupos como los Herman’s Hermits, los Yardbirds y los Hollies, entre otros.

La primera referencia consciente que tengo de su existencia data de hace unos cuantos años, cuando repasando los créditos de un doble CD recopilatorio de singles de los Herman’s Hermits, liderados por el carísmático solista Peter Noone, me sorprendí al darme cuenta de que cuatro de los mejores temas estaban firmados por un tal Graham Gouldman. “Graham Gouldman, Graham Gouldman… ¡Este nombre me suena muchísimo!” pensé y corrí a la estantería a inspeccionar el álbum ‘Pleasant Dreams’ de los Ramones. Allí lo volví a ver: “Productor: Graham Gouldman”.

El «fabricante de éxitos» en sus años mozos

“¿Era el mismo Graham Gouldman o era simple casualidad?”, me preguntaba. Y recordé unas declaraciones de Joey Ramone en las que señalaba a Peter Noone como su cantante favorito de todos los tiempos. Entonces, no es descabellado pensar que, tras la traumática experiencia de grabar ‘End Of The Century’ con el excéntrico productor Phil Spector y, después de que la compañía descartara una vez más la posibilidad de que les produjera Ed Stasium, amigo de la banda, y quisiera contratar, una vez más, a un productor experimentado que hiciera despegar a los Ramones por fin en emisoras y listas de éxitos, Jeffrey Hyman (in arte Joey Ramone) propusiera el nombre de Graham Gouldman y éste fuese aceptado por el sello.

El fabricante de éxitos

Al fin y al cabo, Gouldman había sido autor de la música y la letra de hits que se habían encaramado a lo más alto de las listas británicas y americanas a mediados de los 60, como ‘For Your Love’ (grabada tanto por los Yardbirds como por los Hermits), ‘No Milk Today’ y ‘Listen People’ (para los Hermits), ‘Heart Full Of Soul’ (para los Yardbirds) y ‘Bus Stop’ (para los Hollies, pero también grabada por los Hermits). Había compuesto también otros éxitos menores, pero con el mismo buen gusto y gancho como ‘East West’ y ‘London Look’ (para Herman’s Hermits), ‘Look Trough Any Window’ (junto a Charles Silverman para los Hollies), ‘Pamela, Pamela’ y ‘The Impossible Years’ (para Wayne Fontana) y ‘Behind The Door’ (para St. Louis Union y Cher). Era una buena apuesta.

Para colmo, Gouldman, desde 1973, desarrollaba una larga y pródiga carrera (que duraría hasta 1995) como miembro (guitarrista, bajista y vocalista) del grupo de ‘soft pop’ 10CC, con los que había logrado ser número 2 en las listas del Reino Unido y Estados Unidos con la canción ‘I’m Not In Love’. Lo que sí está bien documentado es el recelo de Johnny Ramone hacia Graham Gouldman. “Era un tío al que le iba un pop muy superficial”, declaró el hosco guitarrista de los Ramones, que añadió: “Supe que iba a tener problemas inmediatamente el primer día cuando me dijo: ‘Tu ampli hace demasiado ruido. ¿Puedes bajar el volumen?’ Lo cierto es que Gouldman hizo un trabajo impecable (‘Pleasant Dreams’ no solo es el disco más pop de los Ramones sino uno de los mejores para muchos de sus seguidores, entre los que me incluyo). Y no lo tenía fácil con un Johnny en contra, un Marky empezando a alcoholizarse y un Dee Dee politoxicómano y una banda donde empezaban a aflorar profundas divisiones. Dee Dee sin embargo definió a Gouldman como “un caballero”.

Detrás de Herman’s Hermits estuvo el talento de G. Gouldman

Carrera en solitario

A pesar de haber sido uno de los compositores más exitosos del beat pop, en 1968 Gouldman era todavía un perfecto desconocido para el gran público. Fue entonces cuando dijo “esta boca es mía” y publicó un disco en solitario donde hace una relectura de sus más aclamadas composiciones e incluía cinco canciones nuevas: Cuatro maravillas de pop melódico –‘Pawnbroker’, ‘Who Are They’, ‘My Father’ y ‘Upstairs Downstairs’- y un instrumental funk -‘Chesnut’– que, a mi juicio, no pega nada en el disco.

“The Graham Gouldman Thing’, que así se llama el álbum, supuso seguramente un enorme trabajo de producción y grabación, pero resultó ser un fiasco comercial. En un principio, Gouldman pidió a Peter Noone que produjera el disco (el concepto era algo así como “el artista produce al autor”), pero lo cierto es que el cantante de los Herman’s Hermits debía de estar muy ocupado firmando autógrafos a sus fans, porque no se dejó ver en ninguna de las sesiones de grabación. Su hueco lo suplió John Paul Jones, futuro miembro de Led Zeppelin, quien ya era un prestigioso músico de sesión y productor. Tal vez el concepto original saltó por los aires, pero lo cierto es que el disco salió ganando (y mucho) con el cambio.

El LP no se editó en el Reino Unido, solo en Estados Unidos. Eso, y el hecho de que la gente ya había escuchado hasta la saciedad los cinco éxitos que incluía el disco en las versiones de Yardbirds, Herman’s Hermits, Hollies y compañía, hizo que ‘La Cosa de Graham Gouldman’ apenas despachara copias. Sin embargo, se trata de un trabajo exquisito, lleno de arreglos orquestales deliciosos; una verdadera golosina para los amantes del pop melódico. Por cierto, no es demasiado difícil hacerse con él porque ha sido reeditado en CD en 1992 por el sello Edsel.

Gouldman con su grupo de ‘soft pop’ 10CC

Reaparición

Habrán de pasar la friolera de 38 años (recordemos que entre medias sacó 11 discos con 10CC) para que el compositor de Manchester retomara su carrera en solitario con un álbum que tenía el poco original título de “And Another Thing…” Se trata de una colección de 11 canciones, de las que solo destacaría ‘You Stole My Love’, que ya había sido grabada y publicada en 1967 por Mike Furber and The Bowery Boys; ‘Dancing Days’ (no confundir con la homónima de Led Zeppelin) y ‘Can Anybody See You’, por lo demás es un disco bastante discreto.

Seis años después, en 2012, Graham Gouldman publica ‘Love and Work’. Esto sí que “es otra cosa”: un álbum sólido, abarrotado de gemas de buen pop, acompañadas con acierto por un colchón de órgano, pero donde las guitarras y las inigualables melodías del ‘caballero’ de Manchester tienen el protagonismo. Hasta la portada, una fotografía de un antiguo balancín infantil, es realmente atractiva.

En 2017, Gouldman reaparece con un EP de seis canciones, bajo el título (un poco cursi) de ‘Play Nicely and Share’. Sólo merecen la pena las dos primeras del lote: ‘Let’s Get Lost’ y ‘Come To Me’. A estas le sigue una soporífera versión del ‘Rave On’, de Sonny West (aunque popularizada por Buddy Holly), y dos temas más que ya resultan empalagosos. Por último, en 2020, publica ‘Modesty Forbids’, LP que se abre con una destacable canción de homenaje a los Beatles ‘Standing Next To Me’ y tiene un gran ‘hit’, casi al final, titulado ‘Hangin’ By a Thread’.

Algunas de las perlas sonoras con sello de Graham Gouldman

Vidas paralelas

También de orígenes judíos pero afincado en los EEUU, Seth Swrisky es otro personaje que, aunque será unos 20 años más joven Gouldman, posee una trayectoria artística que parece una réplica del ‘melody maker’ británico. Swrisky escribió canciones para muchas estrellas de pop de los 80 y 90 como Celine Dion, Tina Turner, Olivia Newton John o Michael McDonald. Tras el cambio de milenio logró salir de las sombras y sacar adelante sus propios proyectos: dos discos en solitario, el primero fue considerado mejor disco de pop del año en los premios de la música de Los Ángeles, tres álbumes con el grupo que formó junto al también compositor guitarrista y vocalista Mike Ruekberg: The Red Button.

Los dos primeros discos de The Red Button –‘She’s About To Cross My Mind’ y ‘As far As Yesterday Goes’ son pura delicatessen para los seguidores del pop melódico y el power pop. La tercera entrega de The Red Button ‘Now It’s All This!’ es una recopilación de buena parte de los temas de los dos primeros discos, más algunas tomas acústicas, así que es perfecto para que, quien no tenga los dos primeros, tenga casi todo el material grabado por estos dos sujetos.

Chiri DDT