Franco Battiato (1945-2021) acaba de fallecer y nos han entrado ganas de volver a algunos de los 30 discos de estudio que publicó en vida. Battiato fue un hombre silencioso y no muy entregado a explicar su obra, que partió de la vanguardia y se adaptó con originalidad y mucha personalidad a la música popular. Inaprensible, supo moverse en el rock progresivo en sus inicios, y crear hits memorables años después. Músico, escritor, guionista y pintor nacido en Sicilia, compuso en 1972 «Fetus», su opera prima de polémica portada que está a punto de cumplir medio siglo. Un debut experimental, considerado ya como un trabajo de «culto» alejado del sonido más accesible con el que se dio a conocer mundialmente durante la década de los ochenta, que quería rendir homenaje a la vida y a lo primigenio.

El debut de Batiatto cuya portada levantó ampollas en 1972

«Fetus» se abría con el sonido de un latido de corazón sobre el que «reflexionaba» un feto: «me arrastraba lentamente / dentro del cuerpo humano / hacia mi destino». Durante los ocho cortes que componen el primer trabajo musical de Batiatto se despliega una narrativa de temática prenatal empapada en ciencia ficción que tomaba como referencia «Un mundo feliz de Aldous Huxley. Un disco sobre la eclosión y la génetica con un fuerte protagonismo del VCS 3, el sintetizador portátil usado por eminencias musicales como Pink Floyd, Brian Eno o Jean Michel Jarre con el que Battiato estaba obsesionado en aquella época. En «Una Cellula» se canta al preámbulo de la vida con un colchón de sonido creado por sintetizador y cajas de ritmos. Sigue la sorpresa con «Cariocinesi» (la cariocinesis, consultando la enciclopedia, supone «la reproducción de la célula en otras dos, con idéntico número de cromosomas y la misma información genética que la célula madre»), un tema que remite al jazz progresivo más insólito y marciano. En «Fenomenología» jugaba a ser Bowie con guitarra acústica y poseía una letra que se iniciaba con una carga existencialista, «el proceso mental es incierto / vivo a pesar de mí», y derivaba en la repetición de la fórmula matemática de representación del ADN. «Mecanicca» suena a krautrock y samplea a Bach (!!). La película de Kubrick «2001: Una odisea en el espacio» (1968) se había estrenado pocos años antes de la composición de «Fetus» y su sombra sobrevuela en este corte, la vida artificial y el espacio, representado por las conversaciones entre Nixon y el astronauta Neil Armstrong durante la visita a la Luna, que se escuchan al final de los seis minutos y pico de duración de «Mecanicca». En «Anafase», «tercera fase de la división celular, en la que los cromosomas se separan formando dos grupos o estrellas», volvemos a la célula y a lo humano, y así como la célula se divide en otras, el tema se fragmenta en dos partes: una, la primera, más orgánica y acústica y la segunda, casi «alienígena» y poblada de sintes y sonidos cruzados que remiten a la complejidad y extrañeza de la creación de una vida. En el último tema de «Fetus», «Mutazione», se representa al feto segundos antes de salir al mundo.

«Fetus» es un disco fascinante que demuestra la versatilidad de Battiato como músico y su interés y curiosidad por los sonidos menos comerciales con los que abordó este «Fetus», pero también los posteriores «Pollution» (1972) o «Sulle corde di Aries» (1973).